Los estudios han demostrado que controlar el nivel de pH de la piel puede tener una multitud
de beneficios para la salud de la piel.
La escala de pH va de 0 a 14, siendo 0 el más ácido, 7 el neutro y 14 el más alcalino. La piel es ligeramente ácida por naturaleza y tiene un pH natural de alrededor de 5,5. Como resultado, eso significa que la piel es un poco más ácida que el agua. ¿La razón de esto? Tu manto ácido: una película muy fina sobre la superficie de la piel que actúa como una parte vital de la función de barrera de la piel. Y sirve para proteger la piel de las bacterias externas y mantiene los aceites naturales que mantienen los niveles de humedad. Cuando la piel está en su pH óptimo, el manto ácido puede funcionar de la mejor manera y la humedad de la piel se equilibra.
Si después de lavarte la cara tienes la sensación de rigidez en la piel. Esa es la sensación que la mayoría de las personas con piel deshidratada sentirán la mayor parte del tiempo debido a la combinación de un nivel de pH alterado y piel seca. La sensación les dice que su equilibrio agua/aceite está mal. Esencialmente, tu piel te hará saber si su nivel de pH se ha visto comprometido.
¿Cuáles son los signos reveladores de un nivel de pH desequilibrado? Muchos de nosotros habremos experimentado algunos de los siguientes en algún momento:
Aprovecha este nuevo conocimiento y, mientras compras productos para el cuidado de la piel, asegúrate de buscar productos que mantengan el nivel de pH de tu piel lo más equilibrado posible.
El agua micelar te brinda una hidratación inmediata después de la limpieza y hacen un muy buen trabajo al eliminar cualquier residuo de limpieza que quede en tu piel.
El limpiador facial es esencial porque además de limpiar, tiene el ph ideal y brinda alivio a la rigidez y da una sensación de frescura.
El serum facial como siguiente paso de la rutina ayudará a equilibrar el pH de nuevo a 5,5, devolverá los lípidos a la piel, aliviará la tirantez y dejará la piel tersa.
El hidratante facial como último paso la aplicación del humectante de inmediato ayudará a equilibrar el pH dejando una piel tersa.
Adapta tu estilo de vida: Ajusta la temperatura de tus duchas matutinas o las toallitas que usas para quitarte el maquillaje. Pero lo más importante, escucha a tu piel.
El buen cuidado de la piel, como la protección solar y la limpieza, puede mantener la piel sana y radiante.
La limpieza facial es esencial para mantener la piel brillante, nutrida y para evitar el envejecimiento prematuro. Durante el día, nuestra piel está expuesta al polvo, los rayos UV, la contaminación y los radicales libres, los cuales se acumulan en las capas superficiales de la piel a lo largo del día.
Si usas maquillaje es importante removerlo durante la noche para darle un respiro a tu piel, antes de irte a dormir lo mejor que puedes hacer para nutrir y cuidar tu piel, pues además de promover la renovación celular y estimular el sistema linfático, también eliminarás las toxinas acumuladas y purificar la piel desde el interior para su cuidado y nutrición adecuada.
Mientras duermes, tu piel se hidrata y restaura para despertar en el mejor estado al día siguiente. En resumen una rutina de limpieza facial en los siguientes pasos: